¿QUIEN PERDIO EL AÑO?

 

¿Quién perdió el año?

ELKIN PALMA BARAHONA


En esta época, en el extremo del tiempo de la anualidad académica, el periodo donde los maestros sienten el aprecio cercano de sus alumnos, donde se nota la “valoración” de los padres por el trabajo de los maestros, el espacio en el tiempo donde la asistencia de los chicos y las chicas es prácticamente 10/10, es la época donde aparecen los padres que durante el año no se presentaron al colegio a indagar por el proceso académico de sus hijos.

Imaginemos una mañana de un lunes de noviembre, el profesor de matemáticas entrando al pasillo central de la escuela, con su sonrisa rutilante logra iluminar los rostros de preocupación de sus pupilos, que en esos momentos le sonríen también indiscriminadamente y por primera vez le responden en coro los “buenos días”: La multitud  que lo asedia cual estrella de Hollywood, se detiene en la puerta de la sala de profes donde el ingresa victorioso, porque ahí va a pasar algo: Va a sesionar la comisión de evaluación y luego lo hará la de promoción, uno de los pasajes de esta película que verdaderamente me preocupa, es ver el grado de desesperación de estos chicos, que, caminan como zombi, miran hacia el piso, patean las piedras, van a la cafetería y luego regresan, rondan como caninos sabueso las salas de maestros, porque saben que ahí dentro esta su piel, se asoman por la rendija de las puertas, tratan de escuchar las deliberaciones, y preguntan al primer profe que de casualidad sale a respirar aire fresco ¿Quiénes están en la lista profe?, perdí el año o me toca nivelar el área? “venga profe, dígale al profe de matemática y al de física que yo le hago lo que sea”, ¿y del curso profe? venga dígame ¿quienes perdieron el año? Profe si escucha mi nombre hable por mi profe... Aquí es donde nos damos cuenta que la angustia y los niveles de estrés, nos indican que ahí dentro en esas comisiones se está “jugando la vida” de esos chicos, podemos decir, que ahora si se interesan, que ahora si vienen los padres a indagar por su rendimiento, que ahora si somos los mejores profes, pero los cierto, es que ahí se denota una falla en el sistema, todo el tira y jala está en la obtención de logros hermenéuticamente integrales. Y a veces sin saber qué significa esto.

Miremos al interior de la sesión de la comisión de evaluación: Los profes sacamos entre todos el listado de todos los grados, los casos más graves que se convierten en candidatos a perder el año, La metodología es muy simple y aunque los maestros hablamos de ambientes de aprendizaje, de inteligencias múltiples y de estilos de aprendizajes, de la asistencia de los padres y su determinante apoyo en el proceso, en realidad terminamos poniéndonos de acuerdo para que no quede ninguna duda del por qué dichos estudiantes reprobaron.

 En la discusión de la comisión podríamos escuchar esto: ”En mi área este estudiante no alcanzo los logros, pero mirando su voluntad, su compromiso en los trabajos, su sentido de colaboración y su actitud frente al maestro, yo lo ayudaría, para que alcance los logros mínimos, pero me están diciendo, que si no alcanzó dichos logros debe perder esta  área, para que la responsabilidad de quien provoca en este caso la reprobación no quede en un solo profe, si no en muchos, la idea es que su reprobación sea general, o sea lo que aquí se configura es una “manguala” nos ponemos de acuerdo, quiere decir nos “amangualamos” para respaldar a ciertos maestros que no han podido hacer interesar a  dichos estudiantes en sus áreas, de esta manera no hay forma de objetar o impugnar una reprobación por parte del alumno o padres, por eso en  la mayoría de las sesiones no vemos la presencia de los padres, tampoco se analizan a la luz  las de  las pedagogías modernas, las faltas en el  alcance de los logros de los estudiantes, no se analizan las situaciones del por qué rinden en algunas áreas y en otras no,  o porque el ausentismo se da en algunas y otras no, no se exponen en estas sesiones la situación de su entorno familiar y/o barrial solo  se reportan valoraciones en cada periodo. De los SIEE solo se tienen en cuentas el número de área que determinan la reprobación, promoción, anticipada y las causales de aplazamiento de promoción.

Si el caso es en los grados 11 la situación es más grave, reprobar en el último grado se convierte en un trauma, no solo para el estudiante sino para toda la familia, que desde agosto están preparando el ajuar de noche blanca, graduación y fiesta de recepción de grado. Y lo peor de lo anterior en la cima de todos los colmos, es que terminan presionando a los maestros con: “profe y como hago, ya tenemos comprado todo para la fiesta, vestido de noche blanca y el buffet para la recepción”

La pérdida del año fue un imperativo para lograr un rendimiento óptimo en el proceso educativo con los estudiantes, cuando estos tenían la mayor responsabilidad de su proceso, luego vinieron los doctos en psicología y pedagogía y libraron al estudiante y también a los padres de las responsabilidades y fueron los profes los que asumieron imperativamente toda la carga, llegándose a gestar así, una especie de “giro copernicano” en el desarrollo del proceso educativo.

¿De qué somos responsables los profes?

De: Si el estudiante no asiste

Si se duerme en clases

Si no cumple con las actividades

Si llegan tarde al curso

Si no comprenden las temáticas

Si no se interesan por las clases

Si los padres no asisten a sus hijos

Si hacen desorden en clases

Si se agreden en el curso

Si se roban un celular.

El maestro atiende un aula multiprecaria, que hoy carga en sus hombros con la crítica de los que son verdaderamente responsable de su existencia.

Pero los profes podríamos cumplir a cabalidad con semejante misión si tuviéramos el respaldo de un sistema que nos pusiera en verdaderas aulas con las herramientas necesarias para abordar una praxis de aula donde el estudiante no tenga escapatoria para alcanzar no solo los logros mínimos sino los máximos

 Entonces, si el maestro en medio de este intrincado de responsabilidades no logra que el alumno alcance los objetivo, los planteados por el   sistema, los planteados por el profe, los planteados por el alumno y los planteados por los padres, ya sabemos QUIÉN PIERDE EL AÑO.

 

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