Los “senderos ideológicos” de nuestros hijos

 

Los  “senderos ideológicos” de nuestros hijos

            Elkin Palma Barahona




               No quiero dejar pasar esta oportunidad, para aprovechar esta conexión distante que tengo con mis amigos maestros, rectores, coordinadores.  profesionales y exalumnos para comentarle un hecho no tan singular, porque seguramente es el caso de algunos colegas, que desde aquel entorno universitario cuando accedimos a la transparencia del cristal con que se mira la realidad del país y el mundo, empezamos a vislumbrar los maleficios de esta sociedad, quizás los maestros no nos entretenemos con la alegoría y pasión por nuestro oficio, porque siempre en este rol, estamos mostrando los reflejos de ese cristal a nuestros alumnos: ¿Qué maestro no aspira a que sus estudiantes y también sus hijos  desarrollen pensamiento crítico? El caso es que después de una vida de pensamiento deliberado, de comprensión, entendimiento y reflexión, de entender ¿porque desde 1822 año del primer desembolso de deuda externa para este país, no se ha podido liquidar la deuda y si ha crecido exponencialmente? Después de años y años de llevar banderas, levantar el puño izquierdo, de arengar las marchas y mover casi que a diario la pluma para desnudar las oligarquías partidistas y los garantes de trapos rojos y azules que se convirtieron en los estafadores históricos de las voluntades populares, después de hacer parte de ideologías alternativas y coadyuvar en la construcción de mil maneras de dividir la plusvalía entre el patrón y el asalariado  y también de tirar la línea para debelar las verdaderas y pretensiones del neo-capitalismo y el neoliberalismo en esta humanidad mercantilizada que ya no le alcanza su voluntad y ejercicio para la auto-sostenibilidad del planeta. Después de toda esa aurora de lucha, de muestras de credenciales, de garante de la libertad y la igualdad y cuando estamos a punto de patearle el trasero al dogma partidista de estas oligarquías que ya están a punto de enloquecer por reclamar el poder, mi hijo mayor pone en mi escritorio la ficha de inscripción como candidato, aspirante a una corporación pública con el aval del partido conservador. No pensé enseguida ¿Cómo voy a ingresar mi carro con el logo de la C azul a mi sindicato, cuando el color natural de los portones de esta sede es el naranja? En realidad, lo que me preocupó fue, ¿cómo va hacer este muchacho con unos valores a flor de piel que distan de las componendas y las manguala y los serruchos para moverse en un ambiente perverso como ese que genera la dinámica del clientelismo y el statu quo?.

Recuerdo que alguna vez pude criticar a una colega que, mientras ella lideraba las marchas en el sendero sindical, su hija protagonizaba en la asamblea departamental la fuerza viva de la oposición al gobierno alternativo, eso me parecía inverosímil, ¿cómo puede ocurrir que un hijo de maestros no pueda solidarizarse con la causa de sus padres?  Siempre me imagine en esa encrucijada, pero en el fondo creía que jamás podría respirar ese ambiente.

Como producto de su temprano trabajo con las comunidades, el pupilo fue de inmediato identificado en las redes por muchos amigos, entre los cuales uno muy allegado que inmediatamente se comunica y me dice “tú que críticas y escribes editoriales todos los días en contra de la corrupción de los partidos tradicionales y ahora tu pupilo se lanza a la arena política con el más tradicional de los partidos” su sonrisa un poco sarcástica la enfrente: “Esa es solo una muestra de la libertad de pensamiento que se discurre tanto en el seno de la familia del maestro como el aula”.

Su línea de pensamiento crítico social, tiene una fuerte tendencia ambientalista, por eso los verdes escucharon sus primeros ecos, de allí en la transición a “fuerza” recibió el primer reversaso, después de un trabajo transparente plenamente reconocido por la comunidad que hoy representa.

Esta no es una apología al nobel candidato para que, aunque azul pedirles el voto, porque sé que no tengo la necesidad de hacerlo, sin embargo, no sería tan malo apoyar al pupilo que hoy refresca con alterna ideología un discurso que ya no existe y que no cabe en la mente de los jóvenes, apoyarlo es hacer un aporte a la esperanza de quienes creen que este país está al alcance de los jóvenes, sin importar el color a través del cual se abren camino para hacerse escuchar con sus con sus propuestas, con sus sueños.

 

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

TALLER NO. 6 ¿Cómo podemos aplicar ideas de la filosofía en la vida cotidiana?

Las peleas que los maestros debemos evitar

LA SUPUESTA CALIDAD