Educación filosófica para el desarrollo del pensamiento critico
Educación
filosófica para el desarrollo del pensamiento critico
El conjunto de la educación solo
adquiere sentido cuando ésta está permeada por el ejercicio de la reflexión.
M.
Lipman
“El
éxito escolar es la capacidad que el maestro manifiesta para hacer que el niño
piense, crezca pensando, se desarrolle pensando y sea capaz de lograr autonomía
en su pensamiento. Cuando lo logra el maestro tiene éxito”.
Roberto Matosas
¿Qué es la educación filosófica
que se desprende de FREIRE?
Esta propuesta que para muchos
puede resultar irreverente, e inicua y hasta cursi, el solo hecho de estar
basada en la filosofía la hace para muchos descabellada, al considerar que la filosofía no es temática para niños. Así
arguyen quienes aún piensan que los niños no están en plena disposición de
reflexionar, los que piensan que la filo es cosa solo de los adultos, pero de
adultos reflexivos o de quienes han llegado a un estado de plena sabiduría o
quienes ven a la filosofía como una película “XXX”, con un rótulo en rojo “solo
para adultos” Donde la prohibición a los niños, va referida o relacionada con
el hecho de que no alcancen a entender o puedan inmiscuirse peligrosamente en
su trama.
Así hemos desperdiciado siglos, sin acercar a los
niños a su propia construcción del pensamiento y conocimiento, quienes hoy se
encuentran enfrentando unas pruebas que exigen de ellos un pensamiento crítico
y un lenguaje autónomo para el cual no se encuentran preparados.
Sócrates nos enseña, no a saber filosofía, ni siquiera a aplicarla, sino a
practicarla, nos desafía a reconocer que la filosofía es un hacer y más aún, una forma de vida que
cualquiera de nosotros puede imitar.
Muy aparte de que este proyecto basado en filosofía para niños, busca en uno de sus
profundos objetivos la convivencia democrática, el respeto por el
otro, la reflexión se convierte en el
hilo conductor de los procesos de aprendizaje y
la indagación filosófica, lo cual
genera la construcción del pensamiento autónomo y el lenguaje crítico. Es aquí donde el maestro comprometido
con el proceso debe generar las
condiciones para que se logren los objetivos planteados en el proyecto,
llegando a la conclusión que: “El
que se compromete aprende”
Este aprender es un aprender consciente con todos los
alcances de la reflexión y la lógica formal, que tiene como propósito en este
programa, ayudar a los niños a descubrir que pueden pensar sobre sus
pensamientos de una manera ordenada.
La lógica formal contiene los criterios mediante
los cuales puede diferenciarse un razonamiento válido de otro que no lo es,
y en este sentido es una disciplina
única entre las ciencias e inapreciable para una perspectiva de la educación
que se orienta a mejorar el pensamiento, hasta convertir al estudiante en
un ser capaz de alcanzar un pensamiento crítico y autónomo.
Filosofar en el aula es una práctica que debería ser
obligatoria en la escuela, si es que queremos formar personas responsables
integras y que sean capaces de hacer
juicios sabios sobre lo bello, lo
bueno, lo malo lo adecuado lo
inadecuado, lo justo la verdad, con
autonomía y bases sólidas.
Todas las temáticas pueden ser abordadas en este
sentido, por eso la filosofía se convierte en una alternativa, en el alcance de
la calidad de la educación, es una propuesta que está caminando en muchos
países, pero como se trata de un modelo que impulsa la convivencia y la
democracia se ha demorado para implementarse en nuestro medio. Los maestros
debemos acercarnos a esta propuesta si estamos realmente comprometidos a
encontrar el camino de la verdadera
construcción del conocimiento en nuestros estudiantes.
El
miedo a pensar
"Los
hombres temen al pensamiento más de lo que temen a cualquier otra cosa del
mundo; más que la ruina, incluso más que la muerte.
El
pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible. El
pensamiento es despiadado con los privilegios, las instituciones establecidas y
las costumbres cómodas; el pensamiento es anárquico y fuera de la ley,
indiferente a la autoridad, descuidado con la sabiduría del pasado.
Pero
si el pensamiento ha de ser posesión de muchos, no el privilegio de unos
cuantos, tenemos que habérnoslas con el miedo.
Es el miedo el que detiene al hombre, miedo de
que sus creencias entrañables no vayan a resultar ilusiones, miedo de que las
instituciones con las que vive no vayan a resultar dañinas, miedo de que ellos
mismos no vayan a resultar menos dignos de respeto de lo que habían supuesto.
¿Va a
pensar libremente el trabajador sobre la propiedad? Entonces, ¿qué será de
nosotros, los ricos?
¿Van a
pensar libremente los muchachos y las muchachas jóvenes sobre el sexo?
Entonces, ¿qué será de la moralidad? ¿Van a pensar libremente los soldados
sobre la guerra? Entonces, ¿qué será de la disciplina militar?
¡Fuera
el pensamiento!
¡Volvamos
a los fantasmas del prejuicio, no vayan a estar la propiedad, la moral y la
guerra en peligro!
Es
mejor que los hombres sean estúpidos, amorfos y tiránicos, antes de que sus
pensamientos sean libres. Puesto que si sus pensamientos fueran libres,
seguramente no pensarían como nosotros. Y este desastre debe evitarse a toda
costa.
Mi
compadre Freire
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