Cuando el estudiante solo “rinde” en filo
Cuando el estudiante solo “rinde” en filo
ELKIN PALMA B.
Con todo lo anterior y el florecimiento
de todas las teorías que explicaron la dimensión cognitiva del ser humano, a
finales del siglo pasado, aun nos cuesta entender procesos relacionados con
dinámicas cotidianas de aula que irrumpen y chocan con la perspectiva
tradicional que caracteriza la praxis pedagógica de la mayoría de los maestros contemporáneos:
“La semana pasada asistimos como miembro
de una comisión de evaluación, convocada por las directivas del plantel donde
laboro, esencialmente para definir el desempeño de los estudiantes en el
proceso educativo, la idea que se leía en dicho conclave de profes era, definir
el número de áreas que cada estudiante tenía con bajo desempeños, para saber quiénes
o que numero de estudiante perdía el año. Resulto entre más de una docena de
estudiante, un alumno que además de tener un numero reglamentario de fallas
para perder el año como lo indican los SIEE, dicho estudiante ostentaba un gran
cumulo de áreas perdidas, que no habían podido ser niveladas, sin embargo,
algún profesor advirtió que dicho estudiante tenía excelentes calificaciones en
filosofía: ¿Qué está pasando ahí profe? Preguntaron los colegas ¿Cómo es que este
estudiante casi pierde todas las áreas del pensum y con usted adquiere excelentes
calificaciones, sus fallas son reiteradas y cuando asiste, casi siempre lo hace
cuando le corresponde el área de filosofía, mi respuestas fue “El estudiante, tiene piel para la filosofía y
el pensamiento crítico, tanto que se le adjudicó, en compañía de otros tres
estudiantes con el mismo perfil, la responsabilidad de representar al colegio
en varios foros y debates filosóficos y en una metodología didáctica proyectada
por la secretaria de educación denominada
“ El modelo de las acciones unidas”
En la anterior situación, podríamos
sugerir un estudio de caso para determinar, que afectaciones de su entorno
familiar y barrial no le permite cumplir con los compromisos escolares, el
dialogo con los padres es determinante, lo mismo que las sesiones en los
departamentos de psicología.
¿Qué si es posible, que un estudiante no
rinda en su proceso académico sino en una sola área? ¡Claro que, si es
posible! sin necesidad del súper maestro
que ausculte en lo más recóndito de sus intereses, también encontramos lo que
Goleman denomina la “empatía” de aula en este proceso tiene mucho que ver la
pasión del maestro, la dedicación particular al alumno le ayuda a autodefinirse
y reencontrarse consigo mismo, que muchas veces no le permite advertir los
lineamientos reglamentarios que determinan la “pérdida del año”
Cuando los maestros no encontramos
respuestas en los alumnos en nuestro proceso de aula, por lo general,
desarrollamos actitudes negativas y de insensibilidad hacia los alumnos; además
buscamos entre los colegas validar nuestros resultados, cuando nuestros pares
nos comparten los mismos resultados con el mismo estudiante, y ahí empieza una
especie de manguala, que se expresa en ponerse de acuerdo entre todos para que
no quede ninguna duda sobre su rendimiento.
Es apenas lógico que un estudiante
muestre más interés en algunas clases que en otras, aun cuando cada maestro
justifica con el mayor grado de primacía, por qué su área es la más importante.
Nuestro sistema educativo este hecho a
esa medida, las 15 áreas que el alumno desarrolla durante el año, en estas debe
mantener un rendimiento óptimo, sin importar sus intereses y habilidades en las
mismas, sin importar sus potencialidades y mucho menos sus oportunidades.
Nuestra educación, “es una apología al pensamiento
racional”, no hay nada de mentira en esta afirmación, ya que los lineamientos
fundamentales de esta educación integral se proyectan con una rigidez anclada
en los modelos consuetudinarios de la pedagogía.
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