voy llegando al festival

 

¡¡¡Ya voy llegando al festival!!!

Los cambios en la Estructura Del “Paseo” Verdaderamente Vallenato.

Elkin Palma Barahona

Atendiendo a lo que este canto es y representa, para demostrar que su esencia, composición y estructura, no dependen de una casuística silvestre y que muy a pesar que nuestros juglares, quienes consolidaron la hermenéutica del vallenato no leyeron partituras, sí pudieron sentar las bases liricas de los diferentes sones de este canto.

  Para argumentar este articulo ha sido preciso acudir al estudio ABC del vallenato Realizado por el eminente Musicólogo Luis Oñate Martínez. Para poder poner de plano la evolución que ha tenido unas de las expresiones musicales más cimentadas en la identidad costeña, el Vallenato

En el estudio Cultura Vallenata, Teorías y pruebas el antropólogo Tomas Darío Gutiérrez nos demuestra que, en la génesis del paseo, este tomo influencias de varias vertientes “geográficas” con diferentes esquemas musicales, en los que el canto era el mismo siempre: Libre, tradicional y terrígeno. Según Gutiérrez Hinojosa, en las zonas central y ribereña de esta cultura se generaron los cantos del pilón, el amor- amor y el chicote; En la zona negroide, los cantos de tambora, y en la zona ribereña, los del pajarito y los olvidados cantares de gaitas llamados “saloeros”, que predominan en la zona de influencia de la ciénaga de Zapatosa. ahí se encuentra haciendo parte del municipio de Curumani, el corregimiento de Saloa. La dinámica racial y antropológica generó muy pronto el aire musical que en la provincia se conoce hoy con el nombre de PASEO. Y que para los investigadores ha ido mutando, hasta el punto, que ya no es ni rastro de lo que fue.

La denominación de “PASEO “es relativamente nueva, si se considera que su uso comienza hace aproximadamente 70 años. Al respecto podemos citar el caso específico del paseo ”Compae Chipuco” de “Chema” Gómez Daza, grabado por la orquesta Jazz band en  Emisora atlántico en 1944 para el sello  odeón, ref. 76705-A* registrado no como paseo, sino como “son vallenato”, ya que de modo genérico en la provincia se denominaban son a todo lo que fuera diferente a merengue o puya. Sobre este particular, Toño Salas, viejo juglar de el plan explica que cuando aparecieron los primeros cantos que traían algún estribillo, o coro, fue cuando comenzó a usarse la palabra paseo. *

Gutiérrez Hinojosa, cita en su obra algunos casos de compositores pertenecientes la primera generación, es decir, nacidos en el siglo XIX, que dejaron obras, que con el correr de los años han sido aceptadas como paseos, pero que en su momento no fueron denominados como tales, porque la palabra para designar el aire en mención solo vino a conocerse años después, entre la composiciones consideradas como paseos figuran “ZOILA”, de José Antonio serna.

“El Higuerón”, de Sebastián Guerra, y “El caballo blanco”, de Fortunato Fernández. En estas obras suficientemente conocidas se observa la estructura elemental del verso de “cuatro palabras” característico del paseo tradicional. Nuestros primeros trovadores: Chicos Bolaños, Emiliano Zuleta, Lorenzo Morales, Rafael Escalona, Tobías Enrique Pumarejo y Chema Gómez prefieren el sistema de cuartetas o estrofas de cuatro versos, en sus distintas formas de romance, copla y redondilla, aun cuando esta última no ha sido muy frecuente. Así mismo, casi todos conocieron la décima como forma de versificación, coloquemos aquí un ejemplo para comprobar que   el romance es el cuarteto, donde siempre riman los versos pares, mientras los impares quedan sueltos como en “CALLATE CORAZON CALLATE” de Tobías enrique Pumarejo.

Una pena y otra pena,

Son dos penas para mí,

Ayer lloraba por verte

Hoy llore porque te vi

En la copla riman, los versos primero y tercero,  segundo y cuatro, como en “Carmen Díaz” de Emiliano Zuleta

Mañana me voy pal Jabo.

Porque Carmen se me fue.

Pa quitarme este guayabo.

Ahora me pongo a bebe.

Como ejemplo de redondilla donde riman el primer verso con el cuatro y el segundo con el tercero, tenemos “la creciente del cesar” de Rafael Escalona.

Ta lloviendo en la nevada

Arriba e Valledupar,

Apuesto que el rio cesar

Crece por la madrugada

Observemos que en todos estos casos la estructura imperante es la de cuartetas con versos octosílabos.

A finales de los cuarenta empiezan aparecer compositores que a la estrofa de cuatro versos le adicionaban dos más, unas veces como estribillo y otras complementando dicha estrofa, lo que de cualquier manera lo convertiría en sextetos o estrofas de seis versos como se aprecia en el villanuevero de armando Zabaleta:

Allá en la zona me encontré un villanuevero

Yo me puse a preguntarle a ver si me daba cuenta

Le pregunte por la vida e julio Suarez

Escolástico Romero y Emiliano Zuleta

Y si lo vieres llévales este recuerdo

Que se los manda armando Zabaleta

 

Otro ejemplo lo constituye “Olvídame” de Leandro Díaz

Olvídame si no quieres

Adorar el alma mía

Que mañana Leandro Díaz

Goza de nuevos quereres

Goza con otras mujeres

Que calmen sus agonías

En sus orígenes el paseo fue por esencia narrativo y en su contenido el autor reflejaba todo el acontecer de su vida incluyendo las aventuras amorosas, sin que este último motivo se convirtiese en el objetivo principal de la composición.

 Cuando el paseo pasó a las manos de las nuevas generaciones de compositores, dueñas de una visión del mundo diferente, la temática cambio. Así, a mediados de los sesenta surge una figura que revolucionaría la estructura del paseo, tanto en su versificación como en su contenido: Gustavo Gutiérrez, Quien se apartó del tradicionalismo y planteo otra alternativa al canto que ahora se dedica casi exclusivamente a enaltecer a la mujer desde una perspectiva sentimental exageradamente romántica.

Gustavo afirma que tuvo como guía en sus comienzos a compositores como Tobías Enrique Pumarejo, Leonardo Díaz y Rafael escalona, pero que su paso por la academia le permitió cambiar la concepción literaria del vallenato al introducirle un lirismo mucho más manifiesto para dignificar a la mujer con versos más delicados y con melodías más dulces y elaboradas, pero conservando el ritmo original, el mismo Gustavo recuerda que cuando comenzó  a mostrar sus primeras obras lo cuestionaron durante mucho tiempo, e incluso alguno  programadores de radio en Valledupar opinaban que sus obras no debían  incluirse en el espacio del vallenato tradicional y la descalificaron por completo. No obstante, todo movimiento renovador siempre termina ganando adeptos, y es así como la propuesta musical de Gustavo Gutiérrez la siguen compositores como Freddy Molina, Santander Duran Octavio Daza, Rosendo Romero, Hernando Marín entre otros.

    *Basado en el ABC. Del Vallenato Julio Oñate M.

 

 

 

 

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