guia 3 CIENCIAS SOCIALES 10º
GUÍA NÚMERO TRES
ÁREA: SOCIALES GRADO 10
DOCENTE:
Nombre: _______________________________ Grado: _____________ Fecha:
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PERÍODO
ENTRE GUERRAS
Este
período, que transcurre entre 1919 y 1939, dio lugar a una suerte de
acontecimientos en cadena, fuertemente articulados entre sí, a través de un
sinnúmero de relaciones causa-efecto. Surgieron dos nuevas potencias: Estados
Unidos y Japón; se profundizaron los antagonismos ideológicos, esta vez entre
proyectos liberales, socialistas y fascistas; a lo cual se sumó la aparición de
graves problemas económicos, provocados por la crisis de 1929; se
fortalecieron, en algunos países, los objetivos expansionistas ligados a
descontentos derivados de los acuerdos de paz de la Primera Guerra Mundial.
Por otro
lado, la naciente sociedad de masas permitió un mayor aprovechamiento de los
tiempos de ocio, lo que dio lugar a un gran desarrollo cultural, como un
intento de afirmar la paz.
Los años
veinte arrastraron a gran parte del mundo a una desenfrenada euforia, en un
intento desesperado por dejar atrás los horrores vividos en la Primera Guerra
Mundial. Muchos comenzaron a cuestionar el sentido de los valores sobre los que
se basaba el orden burgués, como la familia, el trabajo y la austeridad,
orientados hacia la seguridad y el futuro. ¿Para qué pensar en el porvenir, si
todos los planes podían destruirse en un segundo? Era mejor vivir y disfrutar
el presente, dejarse llevar por los impulsos.
La búsqueda
del éxito y el goce de los placeres parecieron ser el lema de aquellos años que
vieron nacer un espíritu de renovación en todos los ámbitos de la vida humana y
que evidenciaron una crisis de la sociedad burguesa. Los jóvenes comenzaron a
liberarse de las trabas impuestas por la disciplina burguesa. Las mujeres
acortaron sus faldas, se cortaron el pelo y osaron fumar en público. La gente
salió a la calle, las salas de espectáculos se repletaron y el jazz y el tango
comenzaron a escucharse en los bares y los salones de baile.
También los
medios de comunicación masiva, prensa, radio y cine, hicieron su entrada
triunfal en la nueva sociedad y con ello la modernidad en todo su esplendor.
Las clases medias lograron elevar su nivel de vida de manera considerable,
influido por la expansión del uso del crédito.
No obstante,
esta expansión económica y la extensión de la sociedad de consumo fue un
fenómeno esencialmente estadounidense, pues en Europa el impulso económico fue
más tardío y moderado. Por otra parte, pese al clima de prosperidad y confianza
de estos años, existían profundos desequilibrios al interior del sistema.
La Gran Depresión
La prosperidad
económica y sus debilidades
Los primeros
años después de la guerra, marcados por la crisis económica, fueron seguidos
por la recuperación de las antiguas potencias, lideradas por EE.UU. La
prosperidad económica que los países desarrollados conocieron de manera más o
menos sostenida desde 1923, presentaba algunos signos alarmantes. Sin embargo,
los gobiernos, empresarios y teóricos liberales, pensaban que el sistema de
libre mercado era capaz de solucionar estas dificultades por sí mismo.
La
producción de materias primas y bienes industriales mostraba un crecimiento
sostenido, pero el consumo nunca alcanzó los niveles necesarios para mantener
un equilibrio entre la oferta y la demanda. Por consiguiente hubo una constante
disminución de precios y de las ganancias de los industriales.
Los
empresarios preferían invertir sus ingresos en el mercado bursátil que en la
producción de bienes, con lo que aumentaba peligrosamente la especulación
financiera. Los especuladores de la bolsa compraban y vendían acciones,
atraídos por la posibilidad de ganancias rápidas. Este sistema era estimulado
por el fácil acceso al crédito que permitía comprar grandes cantidades de
acciones. De esta manera, el precio de las acciones era determinado por la
especulación y no por el valor real de las empresas.
La economía
mundial, prácticamente dependía del estado de la economía estadounidense, que
era la principal financista de Europa, América Latina y Asia.
La crisis de 1929 y
la depresión económica de EE.UU.
Hubo varios
factores que contribuyeron a la crisis de 1929:
·
La
agricultura de EE.UU. sufrió un permanente descenso de precios desde los
primeros meses de 1929, debido a los bajos niveles de consumo. En poco tiempo,
la deflación, se extendió al resto de los sectores de la economía.
·
El gobierno
de EE.UU., consciente del peligro que entrañaba la especulación bursátil,
intentó ponerle freno, recurriendo al alza de las tasas de interés que llegaron
a sobrepasar el 10% en los préstamos a corto plazo, causando un estado de
incertidumbre entre los especuladores de la Bolsa.
·
Durante tres
meses, los precios y la producción sufrieron una caída sostenida, lo que
impulsó a los inversionistas a vender, en un corto tiempo, más de 16 millones
de acciones. Como consecuencia se produjo un pánico financiero que provocó la
caída de la Bolsa de Nueva York y dio inicio a una de las peores crisis
económicas de la historia. El día jueves 24 de octubre de 1929 pasó a la
historia como el “jueves negro”.
La extensión de la
crisis al resto del mundo y sus consecuencias
Hacia 1933
la debacle iniciada en Wall Street destruyó los fundamentos del sistema
económico capitalista: la producción, el comercio internacional y el sistema
monetario internacional. Todos los países, con excepción de la URSS que no
participaba del sistema capitalista, fueron gravemente afectados por la crisis.
El ambiente de cooperación internacional que se había logrado después de la
guerra, fue sobrepasado por la necesidad de cada país de defender sus intereses
y tomar las medidas necesarias para salir de las dificultades. Los países más
ricos, como EE.UU., Francia e Inglaterra, crearon zonas de comercio
preferencial y adoptaron medidas proteccionistas, disposiciones que les
permitieron amortiguar los efectos de la crisis. Los países más afectados
fueron Alemania, Italia y Japón. Sus respectivos gobiernos tendieron a la
adopción de regímenes autoritarios que pudiesen imponer una fuerte disciplina a
la economía y la sociedad.
En 1936, el economista británico J. M. Keynes, planteó la necesidad de una mayor intervención de los estados en la regulación y control del proceso económico, lo cual contradecía los postulados clásicos del liberalismo económico, centrados en el libre juego de la oferta y la demanda, a través del mercado.
En Estados
Unidos, el presidente Franklin D. Roosevelt (1933-1945) propuso una serie de
medidas legislativas, conocidas como el New Dealo Nuevo Trato Social, para
fomentar la recuperación económica de esa nación. Se basaba en la idea de que
el mercado era naturalmente inestable y, por lo tanto, era necesaria la
intervención del gobierno para racionalizar y estabilizar la economía. El
gobierno pasó a ser un mediador que ayudaba a algunos grupos y limitaba el
poder de otros cuando fuese necesario. El New Deal fortaleció a los grupos de
interés económico, permitiéndoles competir más eficientemente, estableciendo al
gobierno como árbitro en la competencia entre todos los elementos y clases de
la sociedad.
ACTIVIDAD 6
& 6.1 Según su
opinión ¿por qué el sentimiento de la prosperidad económica llevó a que la
crisis, causada por la gran depresión, fuese mayor de lo esperado?
& 6.2 Explique
en que consiste la denominada economía Keynesiana.
& 6.3 Realice
un análisis del video “como fue el crack del 29 “
Los totalitarismos
Los
gobiernos totalitarios irrumpen en Europa durante el período de Entreguerras.
Se
caracterizaron por ser gobiernos personalistas, centrados en líderes omnipresentes, que gobernaron apoyados en
partidos únicos. Constituyeron proyectos totalmente alejados de los principios
liberales democráticos. El líder no solo es de carácter autoritario, sino
carismático y convincente frente a las masas, llegando, en algunos casos, a
extremos de lograr admiración casi idolátrica. El gobierno así constituido, se
apoyaba, por lo general, en un aparato estatal fuerte, organizado y al servicio
incondicional del partido, incluyendo organismos secretos, represivos y de
intervención total en la vida privada y pública de las personas.
Por último,
el estilo autoritario concuerda con la disciplina militar, razón por la cual,
los habitantes de estos países terminan por obedecer y seguir al líder y al
partido, ya que, de otro modo, eran perseguidos, relegados o asesinados por lo
que consideraban traición a los intereses de la patria.
Los
anteriores constituyen rasgos comunes de los diferentes sistemas totalitarios
europeos, aunque es posible establecer sutiles diferencias entre cada uno de
ellos.
Fascismo
italiano
Al finalizar
la guerra, Italia aspiraba a ser recompensada por su apoyo a la Entente con la
anexión de Dalmacia e Istria. Asimismo, esperaba ocupar un puesto de primer
orden en el concierto internacional. Sin embargo, ninguna de estas pretensiones
se hizo realidad.
En este
contexto, Benito Mussolini lideró el movimiento fascista que monopolizó el
poder en Italia desde 1922 hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Su
ideología ambigua, en un comienzo, combinaba las tendencias nacionalistas con
las ideas de la extrema izquierda. Sin embargo, en 1921, el Partido Fascista
Nacional fue creado con un programa ultra-nacionalista, antiliberal,
anti-democrático y anti-comunista, completamente alejado de sus orígenes
izquierdistas.
En 1922, el
Congreso italiano otorgó plenos poderes a Mussolini, transformando su gobierno
en una dictadura legal. Il Duce logró hacerse con el poder, apoyado por la
clase dirigente liberal. El régimen fascista suprimió las libertades
individuales y dejó fuera del marco de la legalidad a todo otro partido, con lo
que se convirtió en una dictadura de partido único.
Nazismo
alemán
Alemania fue
uno de los países más golpeados por la crisis económica de principios de los
30. Su efecto en la moral de la población fue agravado por el recuerdo de la
debacle económica de los primeros años de la década anterior, lo que estimuló
la aparición de un sinnúmero de organizaciones de corte nacionalista. Adolfo
Hitler se transformó en el líder de una de estas pequeñas asociaciones, el
Partido Obrero Alemán, al que rebautizó como Partido Nacional Socialista de
Trabajadores Alemanes y dotó de una milicia armada.
Hitler, de
ahí en adelante llamado Führer (líder), por el pueblo alemán, concentró los
cargos de Canciller, Presidente y Jefe de las Fuerzas Armadas e implantó una
política de persecución contra judíos, minorías étnicas, homosexuales y
adversarios políticos en general. Puso fuera de la ley, primero, al Partido
Comunista y luego a los demás partidos políticos. Envió a sus líderes a campos
de concentración, suprimió las libertadas individuales y sembró el terror.
El régimen
nazi impuso una nueva política económica, fundada en un estricto dirigismo
estatal que organizaba la producción, los salarios y el mercado. Su principal
objetivo era lograr la autonomía total respecto a los mercados extranjeros en
vista a la preparación de la guerra. El plan económico impulsado hizo que
Alemania fuese, en 1939, nuevamente una potencia industrial de primer orden.
Japón
Japón fue
una de las naciones más afectadas por la crisis económica y las medidas
proteccionistas del resto de los países no hicieron más que agravar su
situación. Al igual que en Alemania e Italia, la salida de la crisis radicó en
la expansión militar, que permitió estimular la industria.
Sin
implantar un régimen fascista ni personalista, los militares consiguieron una
influencia determinante en el gobierno japonés. Aunque no tomaron el poder, sus
dirigentes –miembros de organizaciones ultra nacionalistas– tenían la autoridad
necesaria para orientar las decisiones de gobierno, al que impulsaron hacia el
totalitarismo. Su influencia fue determinante en la renovación del imperialismo
japonés.
El estalinismo en la
Unión Soviética
El Estado
totalitario
Dotado de
una determinación inflexible y de gran disciplina, Stalin reconstruyó el Estado
soviético sobre nuevos pilares que aseguraron su permanencia en los niveles más
altos del poder. Tales pilares fueron los siguientes:
• La reorganización de la policía secreta:
desde los tiempos de Lenin, la policía secreta había sido clave para preservar
la seguridad del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) y eliminar
adversarios políticos.
• La política del terror: mediante un hábil uso
de la propaganda, el régimen estalinista inventó y desarrolló la idea de los
enemigos internos, o agentes del imperialismo, lo que fomentó un sistema de
delaciones compensadas, en el que la sociedad rusa participó para detectar a
los eventuales enemigos de la revolución.
• La
educación partidista: a
través de las
escuelas, las asociaciones
de jóvenes, los programas de adoctrinamiento y de defensa, y las
instancias de control de masas se
constituyó un perfil ideal de ciudadano soviético, fiel al marxismo-leninismo
(según la interpretación oficial desarrollada por Stalin) y a la historia rusa,
reescrita por el régimen del modo en que Stalin se presentaba como el
protagonista de los acontecimientos.
• La purificación del partido y del Ejército
Rojo: cuando las técnicas de propaganda no funcionaban, se hizo uso y abuso de
la represión, incluso en contra de miembros del partido y del Ejército Rojo. La
población considerada sospechosa de conspirar en contra del régimen era sometida
al Gulag o simplemente se las ejecutaba.
Entre 1936
y 1939, fueron
procesados y ejecutados
ex líderes de la
Revolución de Octubre, como Kámenev, Zinoviev, Radek, Piatakov, Sokolnikov,
Bujarin, entre otros, y miles de militantes, acusados todos de conspiración en
contra del estado soviético.
Este proceso,
al que se
conoció posteriormente como Gran Purga, tuvo como objetivo explícito
la purificación del partido y del ejército de elementos contrarrevolucionarios
y trotskistas, pero en realidad cumplió con el objetivo de eliminar adversarios
que podían hacerle peso a Stalin en su obsesión por controlar todo el poder del
Estado.
• El culto a
la personalidad: la consecuencia más duradera de estas purgas, fue el
sometimiento mediante el terror de todos los estamentos de la sociedad
comunista a la voluntad y a la figura de Stalin, que pasó a ser conocido en
adelante como Batiuska (el padrecito).
Otros fascismos
europeos
En otros
países europeos se desarrollaron, durante el período de Entreguerras, regímenes
políticos dictatoriales que tuvieron características fascistas. Entre tales
regímenes se deben considerar los de Antonio de Oliveira Salazar, en
Portugal
(1933-1968) y de Francisco Franco en España (1939-1975).
A diferencia
de los regímenes de Italia y Alemania, los de España y Portugal son
considerados como autoritarios (no totalitarios), dado que permitieron el
desarrollo autónomo de otras instituciones nacionales, especialmente de la
Iglesia católica, que apoyó el establecimiento de estos regímenes.
ACTIVIDAD 7
& 7.1 Realice
un paralelo éntrelos diversos tipos de totalitarismos que estudiaron en la
guía.
& 7.2 En un
texto no menor a 250 palabras realice un análisis personal a cerca de la guía.
& 7.3 Elabore
un ensayo crítico a cerca de la película alemana “la ola”, la cual puede
encontrar en:
https://www.youtube.com/watch?v=aC-AGLXHpog.
https://www.youtube.com/watch?v=aC-AGLXHpog.
Este ensayo
puede ser elaborado por grupos no mayores a 4 personas, no menor a 5 páginas de
desarrollo del tema, siguiendo las
normas APA y se envía al correo iensec10@gmail.com, antes del
día 18 de marzo de 2015.
Los pasos
para realizar un buen ensayo los pueden encontrar en lossiguientes links:
-
http://comohacerunensayobien.com/pasos-para-hacer-un-ensayo/
Les reitero
que no olviden hacer buen uso de las citas, evitando caer en el plagio.
REFERENCIAS
Álvarez,
Gonzalo y otros (2010). I Primero Medio, Historia, geografía y ciencias
sociales, Ed. Ziig Zag., Santiago de Chile.
HIDALGO,
Liliam Almeyda y otros (2011). 3 Historia y ciencias sociales. MN Editorial
Ltda, Santiago, Chile.
Ministerio
de Educación Nacional de Colombia
http://curriculumenlinea.mineduc.cl/sphider/search.php?query&t_busca=1&results&search=1&dis=0&category=6893#a6900
www.youtube.com
www.Practipedia.com
http://saladehistoria.com
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